Palacio de las Tullerías (en primer plano) durante el s.XIX |
Quien haya tenido la fortuna de estar alguna vez en París sabe que la ciudad del Sena destaca por la majestuosidad que la confiere la visión única que se crea entre el Louvre y el Arco de Triunfo, una línea recta ideal para el paseo en pleno centro de la capital francesa. Pero hace un tiempo esto no era posible: la bella postal se veía entorpecida por el Palacio de las Tullerías, un "curioso" edificio que cerraba el entorno del viejo Louvre.
La idea de construir el palacio de las Tullerías donde había unas fábricas de tejas -de ahí su nombre-, en los confines al oeste de la ciudad, fue de la reina viuda Catalina de Médicis (hacia 1570) que deseaba aposentarse lejos del ruido de la urbe parisina a la que empezaba a detestar. Así que la construcción del palacio la inició el arquitecto Philibert de l`Orme pero acabaría siendo entorpecida en las décadas siguientes por los diversos gobiernos y los vaivenes de las finanzas públicas en plenas guerras de religión.
Con Enrique IV, el primer Borbón, la construcción del edifico cogió un impulso casi definitivo: hablamos del "gran proyecto" o la intención de unirlo al Louvre a través de dos alas (una al norte y otra al sur, paralelas al río). Pero con su asesinato (1610) la idea de convertir el palacio en residencia habitual de los reyes de Francia perdió fuerza pese a que Luis XIV siguió, años después, con la ejecución de las obras por el lado norte. Los Borbones acabaron "huyendo" de París en beneficio de los bosques de Versalles, plácido lugar para el asueto, la caza y el placer lejos -pero no tanto- del bullicio y de las intrigas del pueblo de París. Y con estas las Tullerías no acababan nunca de estar terminadas, aún quedaba bastante para unirlo al Louvre por el lado norte y vaciar de casas todo su entorno.
El palacio en una imagen del s.XVIII |
Las Tullerías -renombradas momentáneamente como Palacio Nacional- siguieron siendo una pieza codiciada por los sucesivos y breves gobiernos republicanos hasta la subida de Napoleón al poder. De 1804 a 1814 fue la residencia imperial de Napoleón y sus jardines el lugar de meditación del ambicioso general corso. Ordenó el lavado de cara de sus estancias y habitaciones, muy dañadas tras el saqueo de 1792, y continuó las obras para unirlo al Louvre mediante una galería junto a la calla Rívoli. Además, mandó erigir el Arco de Triunfo del Carrusel en la entrada al patio de armas para mayor gloria del nuevo César en que pretendía convertirse a los ojos de toda Europa.
En 1815 se produce la definitiva caída del Imperio y el nuevo rey Luis XVIII -hermano del defenestrado Luis XVI- establecerá también allí sus dependencias. En 1830 se produce el destronamiento de la monarquía borbónica con el exilio del muy reaccionario Carlos X (también hermano de los otros dos Luises) y el palacio sufrió pillaje durante las jornadas revolucionarias del mes de julio.
Entrada de Napoleón y María Luisa en los jardines de las Tullerías |
En 1815 se produce la definitiva caída del Imperio y el nuevo rey Luis XVIII -hermano del defenestrado Luis XVI- establecerá también allí sus dependencias. En 1830 se produce el destronamiento de la monarquía borbónica con el exilio del muy reaccionario Carlos X (también hermano de los otros dos Luises) y el palacio sufrió pillaje durante las jornadas revolucionarias del mes de julio.
Con Luis Felipe I sus jardines se convirtieron en lugar de recreo para la burguesía parisina y el palacio adquiríó su forma casi definitiva, cosa que se produjo sin duda con el sobrino del primer Napoleón, Napoleón III y su esposa la española Eugenia de Montijo durante el Segundo Imperio. Fue lugar de conciertos, bailes, galas y recepciones oficiales de aquel París en expansión, la época dorada del palacio, pero la caída del Imperio conllevó el abrupto final de los días de vino y rosas para las Tullerías: tras la derrota francesa en la guerra contra Prusia, las milicias de la Comuna de París amenazaron en mayo de 1871 con destruir los edificios más representativos de la ciudad al sentirse acorraladas por el avance de las tropas gubernamentales. Llegaron a las Tullerías y rociaron las paredes con petróleo para prenderlo fuego al llegar la noche porque eran, para ellos, el reflejo del poder. Un estallido que desgarró la atmósfera provocó el hundimento de la cúpula del pabellón central, después ya vino todo lo demás. Tras tres jornadas ardiendo, milagrosamente se pudo evitar que las llamas se propagaran al Louvre y a toda su creciente colección de piezas únicas vestigios del discurrir de la historia.
Arco de Carrusel con el palacio en ruinas justo a su espalda |
Los jardines en una imagen actual (al fondo la plaza de la Concordia) |
Jardines de las Tullerías desde la plaza de la Concordia |
Antes de la crisis se estaba planteando la reconstrucción del edifico en su forma original, con fondos privados para albergar un museo y como centro de conferencias. Pero de momento al menos la cosa tendrá que seguir esperando.
Finalmente, quiero rescatar tres artículos muy interesantes que pude leer hace tiempo:
- http://retratosdelahistoria.lacoctelera.net/post/2009/01/07/el-espectro-las-tuler-as-hombre-rojo-1 Sobre el proceso de construcción del palacio a lo largo de sus distintas etapas.
- http://retratosdelahistoria.lacoctelera.net/post/2009/01/08/el-espectro-las-tuler-as-hombre-rojo-2 Se expone la leyenda del "hombre rojo" de las Tullerías en base a testimonios e informaciones de diversas épocas; una imagen terrorífica que según se cuenta se aparecía a los moradores de aquel palacio presagiando una desgracia inminente. ¿Tendrá algo que ver con el trágico final del edificio? Según testigos, la gente que se arremolinaba para ver el espectacular incendio pudo observar en un momento determinado en el ventanal de la Sala de los Mariscales la imagen de un espectro cubierto de sangre. ¿Era el final de la leyenda? Pues parece que sí. Un artículo curioso e interesante cuanto menos...
- http://retratosdelahistoria.lacoctelera.net/post/2008/12/29/un-proyecto-titanesco-reconstruccion-las-tulerias Sobre el proyecto de reconstrucción del edificio, pero haciendo un recorrido fotográfico por las dependencias más significativas (que no todo van a ser pinturas o grabados...)
Lo he vuelvo a releer y eres un crack Rodri, tu también tenías que escribir en alguna revista de Historia jodío. Mira a ver pregúntaselo al periodista jjeje, Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias Oscar. Tengo unos conocimientos muy cortos como para escribir en una revista, pero me alegro que te haya gustado. Tú sigue leyéndome porfa.
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