jueves, 5 de septiembre de 2013

Los últimos coletazos del verano

Ya está aquí! Ya ha llegado! El R.Madrid ya tiene a su Bale, ese deseado "batman" por el que han suspirado socios y aficionados durante casi tres meses. Y por un montante -no sé si total- de 91 millones de euros (o lo que nos quieran decir). Guauuuu... creo que este país no cabe de gozo por saber si su fichaje lo merece o no. Al menos ahora tendrán que seguir inventado cosas para continuar entreteniéndonos a todos estas calurosas jornadas de verano.

Pero lo dicho, y no nos engañemos, se acaba el verano y veranillos aparte ya empieza a oler a hojas caídas mientras la actualidad no para de dejarnos titulares. Y no me refiero al inicio del curso político y a esas grandes "congregaciones" de feligreses o corderillos, muchos de ellos convenientemente bronceados en las paradisiacas playas de Cádiz o de Oropesa del Mar, y que se reúnen estos días  para calentar el panorama político mientras adulan sin capacidad de crítica alguna a su jefe de filas (sirva de inciso que al menos ya no tenemos que tragarnos el "desfile" de la "juventud obrera" de Rodiezmo, en algo hemos ganado...) Pero esa no es la noticia, y si para muchos lo es a mí me importa un comino.

En mitad del estío nos sorprendió la desgracia del accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Algo que nunca debió haber ocurrido, pero que ha conllevado una necesaria investigación judicial para esclarecer las causas y sus responsables. Y no me digáis por qué, pero al mismo tiempo en el Congreso de los Diputados se abrió apresuradamente un gabinete de investigación con la única finalidad de sacar a relucir las responsabilidades políticas que pudiera haber. Como otras muchas veces, la política mete el morro antes que la investigación judicial. ¿Oportunismo político? Pudiera ser, pero creo que no se acierta si se piensa que sólo el gobierno de ahora es responsable de este accidente. Habría que repasar detenidamente numerosos aspectos que han podido influir en el siniestro, pero tanto unos como otros (me refiero a PP-PSOE, que han monopolizado los diversos gobiernos) han llevado una política excesivamente interesada en materia de transporte ferroviario, cerrando vías convencionales, dejando sin modernizar al más económico para el ciudadano tren tradicional para construir cientos de kilómetros de línea de alta velocidad que sólo pueden utilizar unos cuantos. Puestos a pedir responsabilidades yo también se las pediría a quienes han consentido que un medio de comunicación cómodo como es el tren se fuera a la mierda y grandes, extensas partes del territorio nacional no cuenten con medios de transporte público rápido y ajustado al siglo XXI. Como digo algunas veces, este es un país con vagones de muchas clases aventurándose al descarrilamiento definitivo. Y habrá culpables desde luego, pero es que me atrevo a asegurar de que hay muchísimos más cómplices.

Por otra parte, continuamos hablando de los "papeles de Bárcenas" y la novedad es que ya no existen los archivos originarios en los ordenadores. Es el cuento de nunca acabar y no tengo dudas de que todo quedará en papel mojado, porque en este juego de la Democracia tal y como está montado todos quieren meter la mano en el saco y tapan sus miserias con el juego del "Y tú más...". Y lo mismo digo del "caso Noos", cuyas telarañas salpican a gobiernos y cargos de manera descarada e incluso ahora parece haber certeras sospechas de que la implicación económica del monarca ha podido ser decisiva en los tejemanejes del duque y la duquesa. Que sí, que ya no se libra ni le Tato de tanta mierda...

Para acabar Siria. El uso, parece que comprobado, de armas químicas han acarreado masacres masivas de ciudadanos. La guerra civil que enfrenta al gobierno y a la oposición lleva sin interesar demasiado al resto del mundo bastante tiempo. La ONU resulta incapaz de mediar en el conflicto mientras las potencias occidentales discrepan sobre la idoneidad de una intervención militar en el país. Y hasta hoy, cuando parece que EE.UU. va a dar un paso adelante para proceder a una intervención de carácter selectivo. ¿No recuerda esto demasiado a la guerra de Irak? ¿El "príncipe de la paz" se está convirtiendo en un nuevo Bush? ¿Le ha dado un aire a Obama? El riesgo de convertir Siria en un nuevo Irak resulta evidente, pero ¿en qué medida las potencias internacionales tienen la obligación de inmiscuirse en los asuntos de un país soberano? ¿es ético dejar que siga muriendo tanta gente de manera tan febril y dolorosa mientras el resto del mundo mira para otro lado?


Son preguntas que dejo en el aire. Lo hago también para llenar un poco de espacio en este blog que tengo medio abandonado, en barbecho, mientras el verano -pese al engañoso calor de este inicio de Septiembre- amenaza con dejarnos en manos de un otoño que poco a poco se vislumbra en el horizonte.