martes, 9 de enero de 2018

El mejor cine del 2017

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Acabó otro año y es el momento apropiado para recordar todas aquellas películas que he podido ver durante el 2017. La sensación es similar a la del año anterior: no hay una película indiscutiblemente buena que vaya a pasar a mi disco duro de los recuerdos con el paso de los años. Ahora bien, películas buenas (o muy buenas) las ha habido. Hagamos un repaso.

7. HANDÍA.
Comenzamos con este drama rodado en euskera en torno a la relación que se establece entre dos hermanos de un caserío de Guipúzcoa a lo largo de varias décadas; la fábula de un misterioso gigante en una España azotada por la confrontación entre el Carlismo y el Liberalismo a mediados del siglo XIX. 

"Handía" es puro clasicismo donde la pausa y el poder de la narración lo son todo. Cine distinto dentro de nuestro país por la época en que se ambienta y su poder de sugestión. Cuenta con 13 nominaciones a los premios Goya.



6. WONDER WHEEL.
Lo último de Woody Allen ha sido también lo último en estrenarse durante el 2017. Parece que el director neoyorquino tenía ganas de rodar con Kate Winslet y le ofreció el guión de una especie de tragedia griega trasladada a la playa y parque de atracciones de Coney Island, lugares donde se ubica una madeja de anhelos, celos e insatisfacciones en torno a 4 personajes durante la década de 1950. Un producto teatral, con una gran ambientación musical -que para eso es cine de Woody Allen- y una extraordinaria fotografía que juega con los colores luminosos del parque de atracciones donde se encuentra la casa donde residen los personajes principales. Me entretuvo y aunque la Winslet hace un papel parecido al de la extraordinaria Cate Blanchett en "Blue Jasmine" viene a engordar su ya considerable colección de interpretaciones jugosas en sus veintipico años de carrera.



5. LA GRAN ENFERMEDAD DEL AMOR.
No es mi género la comedia romántica, pero de vez en cuando resulta motivante ver películas inteligentes, naturales y sin exceso de edulcorantes como ésta. La clave reside en un guión bien armado, con frases que no suenen huecas o tontorronas, y unos actores entregados a sus jugosos papeles. Supone la vuelta a la gran pantalla de Holly Hunter y el descubrimiento de la química existente entre Kumail Nanjiani y Zoe Kazan. Una película que bascula entre el romanticismo, la emotividad y el humor y que en cierto modo me recuerda a una de las mejores comedias del género de los últimos años, "Una cuestión de tiempo". Todo un hallazgo que suena con cierta fuerza para las inminentes nominaciones a los Oscar.



4. LA GUERRA DEL PLANETA DE LOS SIMIOS.
En el verano nos llegó la tercera entrega (¿será la última?)  de esta saga resucitada casi milagrosamente. ¡Quién me iba a decir a mí que me iba a gustar tanto...! Tras una estimable primera película y una segunda grandiosa y espectacular ésta tercera puede que esté un peldaño por debajo de la anterior, pero es igual de entretenida y maravillosa. Quizás le falte el arco tan variopinto de personajes que tenía la del 2014, pero siguen ahí de pié el mono César (para mí unos de los mejores personajes de película de este siglo XXI) y sus acompañantes luchando contra esa banda de desalmados humanos en una guerra sin cuartel donde hay pocos resquicios a la compasíón y a la fraternidad; pero cuando los hay, la dirección y el guión resultan tan verdaderos que lo que ves se convierte en verdadera magia.
Es una gran noticia comprobar que cuando a un correcto guión le acompaña una tecnología acertadamente utilizada se pueda hacer cine de gran espectáculo sin resultar vacuo ni cargante. Por ello, las últimas películas del Planeta de los Simios han convencido por igual a crítica y público.



3. LA CIUDAD DE LAS ESTRELLAS (LA LA LAND).
Probablemente el drama musical de Damien Chazelle sea el evento cinematográfico del año si dejamos remakes de cintas de culto y nuevas entregas de sagas galácticas aparte. 
La película, destinada a triunfar en la última entrega de los Oscar, se quedó con un palmo de narices al perder en la categoría principal no se sabe muy bien cómo y de aquella sorprendente manera; luego hablamos de los Goya... En cualquier caso, "La La Land" resulta de un atractivo visual tan evidente y tiene tanto encanto que resulta muy disfrutable, pero se la puso en su día tan... tan por las nubes que a más de uno y de dos le supo un poco a decepción, pese a tener un último acto arrebatador y casi casi perfecto. Ni un pero a la gran actuación de Emma Stone y a la realización prodigiosa de su aún muy joven director. 



2. COMANCHERÍA.
Según he podido saber, esta cinta de cine independiente  se exhibió en el Festival de Cannes de 2016 en el apartado "Una cierta mirada". Se ve que no tenía cabida en la sección oficial a concurso: había que hacer hueco a esos insufribles dramas asiáticos tan interesantes o a los nuevos trabajos de directores consagrados cuyos postulados cinematográficos no es capaz de entender el aficionado al cine de a pié por estar en otra dimensión intelectual. Pero a lo que voy, "Comanchería" de David Mackenzie fue una de las revelaciones el año pasado. Un thriller rural, un western social y policiaco con trasfondo familiar, que mereció mayor atención por parte de los aficionados al cine y los programadores de las salas  porque cuenta con un estupendo guión y unas interpretaciones de primerísimo nivel. Es fácil entender a los protagonistas y sus motivaciones, pues hace ya mucho tiempo que en el oeste norteamericano los indios dejaron de ser los verdaderos enemigos. Un mensaje tan de actualidad y en  una película tan bien realizada que harán que con el paso de los años "Comanchería" pueda convertirse en un clásico de nuestro era.



1. LOVING.
Y acabo con esta pequeña cinta dirigida por Jeff Nichols (otro director joven a tener en cuenta y autor de la recomendable "Mud"). Parecía destinada también a hacer ruido en las diversas entregas de premios, pero acabó por ser olvidada y, por supuesto, pasó de puntillas en su momento por nuestras carteleras. 
Rescatar su visionado y verla en V.O. no es un ejercicio de pérdida de tiempo en absoluto porque estamos ante una película que transmite tanta verdad, con tan pocos diálogos y tantos silencios, que resulta del todo reconfortante. Las pausas, la mirada de Ruth Negga y la historia, narrada de manera clásica, contenida y sutil, sin un solo amago de aspaviento, hacen de "Loving" la plasmación afortunada de una historia real tan injusta como dolorosa. Supone también la reivindicación de su joven director como uno de los mejores de la nueva generación de directores estadounidenses. Quizás, para mí,  la mejor película del año en un muy apretado podio final. Veremos qué nos depara el 2018.